HoyxHoy, 02 de noviembre 2021, «Tecnología chilena purifica agua convirtiéndola en plasma»

Mecanismo está siendo usado para llevar agua potable a escuelas rurales y su creador alista su masificación por el mundo. «La escasez hídrica es un problema global», afirma.

La simple acción de refrescarse después de una clase de educación física es un desafío para los alumnos de la escuela Las Palmas de Dios. Al no contar con agua potable, el colegio rural de Olmué debe abastecerse con camiones aljibes y los estudiantes llevar sus propios bebestibles para los ejercicios, que en caso de acabarse se convierten en un problema.

Pero esa dificultad podría haber llegado a su fin, o al menos así lo esperan los impulsores del proyecto «Agua Segura», iniciativa que la semana pasada instaló un mecanismo purificador en el colegio, el que les permitirá por primera vez tener grifos que suministren agua potable.

El proyecto es impulsado por Cervecería AB InBev, grupo belga que como parte de su estrategia sustentable apostó por entregarle acceso al agua a más de 4 mil personas de siete comunidades rurales con un inédito sistema de sanitizado que convierte flujos contaminados en plasma para que luego queden aptos para el consumo humano.

«Nuestra meta 2025 es que el 100% de nuestras comunidades en áreas de alto estrés hídrico mejoren su disponibilidad y calidad del agua», dijo su gerenta de asuntos corporativos, María Isidora Ibáñez.
Tecnología pionera

La estrategia llegará próximamente a cuatro zonas perifericas de la RM, en un proyecto impulsado junto a fundación Amulén y a Plasma Waters, un centro de innovación chileno que creó el sistema purificador que afirman es único en el mundo

Su fundador, Alfredo Zolezzi, explica que lo novedoso de su idea es el método para llegar al agua potable. Cuenta que una vez se conecta el mecanismo a una fuente de agua contaminada, éste transforma el agua en un flujo bifásico (circulación de un líquido con gas), el cual es acelerado a gran velocidad y sometido a una descarga eléctrica. Con todo ello se consigue su paso a plasma, estado en el que no sobreviven los virus y las bacterias, entregando finalmente una «agua segura», afirma.

En los nueve años que llevan desarrollando el proyecto, el mecanismo pasó de tener el tamaño de un container y pesar una tonelada, a tener las dimensiones de un generador eléctrico con un peso de 82 kilos, pudiendo ser instalado dentro de los colegios.

Tras su propagación en zonas rurales del país el equipo ahora piensa en su globalización desde el próximo año. En Alemania trabajan la industrialización para producirlo en masa y partir su producción en varios continentes.

«La escasez hídrica es un problema global. El mundo está cada vez más contaminado», comenta el creador del sistema que ya está en uso en zonas de Til Til, San Pedro de Melipilla, y en la ciudad africana de Nairobi.

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