Columna La Segunda, 10 de diciembre 2020

Crisis hídrica: sólo los queda innovar

Muchos se sorprenden cuando visibilizamos que en Chile más de un millón de personas no tiene acceso formal a agua potable. Se trata de una crisis permanente, en muchos casos poco visible y, más preocupante aún, las comunas más carentes son las de mayor inequidad social.

El 47,2% de las viviendas rurales, 324.216 hogares, no cuenta con acceso formal a agua potable. Su abastecimiento depende en un 84,7% de pozos o ríos, que en el último tiempo han disminuido su caudal o han desaparecido por completo. Estas familias se abastecen por medio de camiones aljibe, que sólo entregan 50 litros por persona al día, la mitad de lo recomendado por la OMS y de lo que se consume en una ducha de cinco minutos. En pandemia, cuando el lavado de manos y la higiene son fundamentales, la situación es aún más crítica.

Como país no hemos sabido incorporar la innovación como herramienta central en las políticas públicas para solucionar esta crisis. Llevar agua potable en camiones aljibe tiene un alto costo económico y logístico, es poco sustentable y, en algunos casos, riesgoso en términos sanitarios. En el mundo, y también en Chile, hay casos exitosos de solución al problema que utilizan tecnología, con costos abordables y dan solución permanente, además de segura. Agua de mar, agua del aire, agua lluvia, o una combinación de éstas, son opciones reales.

El Fondo Innova Agua, cuyas postulaciones están abiertas hasta este 14 de diciembre, permitirá a las municipalidades entre las regiones de Coquimbo y el Maule obtener recursos e implementación de alternativas que mejorarán la calidad de vida de las personas. Junto a compañías como Coca-Cola Chile y ABInBev, estamos disponiendo $180 millones para instalar soluciones innovadoras en tres comunas.

Existen comunidades en Chile que llevan más de siete años esperando una solución y, con estos proyectos, las personas beneficiadas tendrán agua en seis meses, gracias a la innovación. Este fondo es una tremenda oportunidad para las municipalidades y, al mismo tiempo, una instancia para visibilizar este tipo de soluciones y sus enormes ventajas.

Es tiempo de incorporar experiencias exitosas que den soluciones definitivas a las comunas que no pueden seguir esperando. Pobreza y carencia de agua tienen una correlación directa. Si seguimos haciendo más de lo mismo, tendremos los mismo resultados. Es tiempo de innovar

Rocío Espinoza, Directora Fundación Amulén