La Segunda 23 de marzo 2020

Enfrentar el coronavirus sin agua

El Día Mundial del Agua, este 22 de marzo, pareciera una gran ironía. Cuando el mundo está afectado por una pandemia que nos ha llevado a cerrar fronteras, a clausurar el comercio y los colegios, a cambiar nuestra forma de interactuar, el caos nos ha llevado a enfocar todos los esfuerzos hacia el combate del virus. Sin embargo, al conmemorar este día y mientras la humanidad lucha por ganar esta batalla, ¿qué ocurre con aquellas familias de tantas zonas rurales de nuestro país que no pueden mantener las normas básicas de higiene como es el lavado de manos porque no disponen de agua suficiente?

Nos encontramos en medio de la crisis de agua más profunda de los últimos diez años; tenemos 26 comunas en Chile con alta brecha hídrica y en situación de vulnerabilidad social. Miles de familias en la zona norte y centro del país que se abastecen para sus labores domésticas y económicas a través de fuentes como pozos o ríos, ven como cada día estas van disminuyendo sus caudales en forma dramática, teniendo que recurrir a los camiones aljibes. La situación es extremadamente grave y su solución no puede esperar más.

El acceso a agua no es solo una necesidad básica de todo ser humano, sino también una herramienta clave para la superación de la pobreza, enfrentar problemas sanitarios y para ayudar en parte a disminuir las brechas sociales. La estrecha relación entre escasez de agua y vulnerabilidad social es indiscutible y, por ello, es urgente ser capaces como país de determinar y priorizar planes de acción, dirigidos a las zonas donde la situación es más crítica.

A pesar de los duros momentos que estamos viviendo en Chile y el mundo, el agua, su disponibilidad y gestión, no pueden estar ausentes de la actual discusión. Es, de hecho, el recurso más importante para la higiene de la población, vital en las circunstancias que estamos viviendo. Es de esperar que el Día Mundial del Agua sea una oportunidad para recordar la importancia de mejorar las condiciones de las personas que viven en la ruralidad y que muchas veces nos parecen invisibles; necesitamos que las autoridades avancen en la implementación de las políticas necesarias para la gestión integral de las cuencas; y las industrias continúen avanzando en la optimización de sus procesos para cuidar el recurso, cada vez más escaso.